Hoy acompañé a un amigo a sacar $$ del cajero. Iba a entrar, pero al final esperé afuera. De repente sale uno de los tipos que se encontraba también en el cajero y pregunta por la persona que estaba antes: una chica de jeans y botas. El asunto es que ella se fue y olvidó su tarjeta. Salí corriendo para alcanzarla, la pillé doblando la esquina. Ni siquiera llegué a tocarle el hombro y la mina me dice: NO0o0!! No!! No!! y pone cara de pánico. Le digo: -es qué..., ella me interrumpe y me dice es que nada, con cara de aléjate roto de mierda. Le dije: escucháme...te vengo a ayudar, se te quedó la tarjeta en el cajero...ella dice: en serio?. Empiezo a caminar y la dejo atrás. La tipa se deshace en disculpas, me dice cosas como: no te sintai, pero me asustaste; no le digo nada más. Y pongo mi peor cara de perro.
La cuestión es que en mi estado actual una parte de mi dice: pico con los demás todo el rato. Otra parte, la más sociable, dice: No Matías, haz el bien sin mirar a kien y pon la otra mejilla siempre. Hoy eso fue lo q hice, y me llegó una bofetada de realidad.
Si el antisocial hubiese ganado, siento en ESTE momento q habría sido más provechoso, porque la verdad si entraba al cajero habría tenido la oportunidad de deskitarme de la vida, a costas de una pelmaza que a final de cuentas se lo merecía.
Me hablan de Karma, y no puedo aceptarlo. Es que según esto no debo tener malos pensamientos, pero pienso kizás esta mina había obrado mal y yo venía a poner el universo en equilibrio.
No volveré a esperar afuera otra vez.
1 comentario:
Bueeeeeno, al parecer la vida te ha comenzado a sonreir. Gracias por pasar por mi rincón.
Nos leemos
Las mejores vibras desde el sur
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