Hasta hace poco reclamaba que no me pasaba nada, entonces no se me ocurría que escribir, y por eso tenía tirao el blog. Pero pasó lo inesperado y los efectos especiales volvieron a mi vida.
El otro día estando en la oficina de una persona con la que tengo q relacionarme por el trabajo de repente, entra una señora corriendo diciendo: Carola! ayudame el Claudio se cayó!...se cayó Claudio. Chucha q será ahora-pensé -
Cruzamos el pasillo a la oficina del frente y al principio no vi nada, pero después fijándome bien, vi que en una de las esquinas de la oficina, detrás de una de las sillas habiá un viejito tirado en el piso. Era un bulto, pálido y pasao a flores. Lo sentamos como pudimos, el pobre respiraba apenas, como esforzándose por agarrar aire, pero no le resultaba bien. Tampoco podía hablar. Yo pensaba: se va a morir justo ahora que lo estoy tocando. Pensé también que como lo toqué le traspasé la mala suerte, y seguro q de esa no se salvaba. A todo esto el viejito era como el profesor Emmett Brown de Volver al Futuro, pero más viejo y mejor peinado.
Lo peor de la situación es que no sabía que hacer. Le tomé el pulso y eso. No tenía idea en que más podía ayudar. Además la otra gente que estaba ahí no atinaba a nada; yo les decía llamen una ambulancia, y la persona que intentaba llamar se pasmó y tuvo que marcar como 5 veces el maldito número. Las dos me miraban a mi como diciendome hazte cargo de la situación...y el viejo que se ahogaba ahí mismo. Tampoco era muy atractivo hacerle boca-a-boca.
Menos mal que después de unos dos minutos llegó alguien más para relevarme. Me quedé 1 minuto más y me fui. Cuando llegué al primer piso, venía llegando la ambulancia, que por suerte esta vez no se demoró nada.
Al final, fue falsa alarma, un desmayo por falta de comida. Su masaje al corazón y un almuerzo reponedor.
Lo bueno para mí es que siento que me deshice de todas mis malas vibras y se las pasé al viejito. Ahora cada vez que lo veo, me lo imagino con marca personal de la Parca.
